HOMBRE

 

Toda la clave es la curación emocional.                                                                                                                                                                  En nosotros, hombres, toda la clave es la curación emocional.

Sufrimos heridas -como todos- y aprendimos del linaje masculino a guardarlas en la mochila, a llevar esa carga en silencio… y a seguir; algunos de nosotros incluso mientras sonreíamos, como si nada estuviera pasando.

Ese fue el formato clásico del hombre.

Por supuesto que hay una nobleza en seguir sosteniendo y sufrir en silencio, pero este funcionamiento (sufrido) ya no está alineado con el tiempo que empezamos a vivir.

Hay mucha más nobleza en nosotros que esa a la que estábamos condenados. Ya no sirve llevar la carga adentro nuestro, sufriendo en silencio y casi sin darnos cuenta que estábamos sufriendo… it’s over.

Sino, tarde o temprano, hacia afuera o hacia adentro, de esta forma o de otra, vamos a explotar: enfermedad, separación, quiebra, crisis… y vamos a entrar, obligados, en nuestro dolor emocional (que siempre es anterior al hecho que lo gatilla). Así que más vale hacerlo de una, ahora, tomando la iniciativa: abrite a procesar tu profundidad emocional y todo va a encajar en su lugar.

Si lo haces vas a vivir una aventura muy especial, una hecha a tu medida, a la medida de tu valor. Un viaje que te va a llevar al centro de vos mismo.

Ser hombre es maravilloso. Es lo más grande y hermoso que hay: nobleza, coraje, sensibilidad, fuerza, vulnerabilidad, solidez, firmeza, conexión, creatividad, una inmensa capacidad de proteger, de dar lo mejor por una causa, y la bellísima increíble forma de amor que es propia del hombre.

 

HOMBRE INDŌMITO