42
la crisis de la mitad de la vida
una edad maravillosa
la sensación de estar en la mitad de la vida y todavía no haber hecho nada:
el vaso medio vacío -la entrada de Saturno-
me la había pasado durante mucho tiempo despotricando contra ciertas características de mi padre y ahora me veía repitiéndolas
WTF?! no lo podía creer -la entrada de Saturno-.
y en esa época todavía no había encontrado estas maravillosas técnicas
así que la tuve que pelear solito, más que nada tuve que atestiguar como todas esas repeticiones se desplegaban en mi
y solo podía sufrirlas… y cada tanto, ponerles conciencia… como podía.
ahora, ahora que hace rato encontré estas técnicas, ahora que ya estoy (lo suficientemente) libre de todo eso -es tan clave sanar nuestras heridas-
veo que esta edad es una maravilla, en cuanto a que en ella se juega un partido muy lindo e interesante:
es la etapa de la consolidación,
pero esa consolidación entra primero como bajón, como presión que comprime,
no como solidez que permite.
en esta etapa uno puede generar… uno puede darse cuenta de la propia estructura
pero para parir la propia estructura, para que realmente sea propia,
uno tiene que darse cuenta que hasta ahora uno venía alojado en la estructura de otro, o que la propia estructura estaba atravesada por contenido de otros;
y esto es esencial, porque el movimiento de las etapas que siguen va a estar basado en cuanto uno permitió que la estructura sea realmente genuina, verdaderamente propia.
Si uno se abre a desbrozar lo que es propio de lo que no lo es, uno puede conectar con el deseo profundo, y entonces acá suele abrirse algo nuevo en nuestra vida.
En mi vida, eso nuevo que se manifestó fue una pareja, y esta pareja dio lugar a una familia… algo que había sido un deseo en mi durante mucho tiempo.
Y esto, por el lugar de donde vengo, implicó e implica bendiciones y aprendizajes sin fin. Al mismo tiempo, tanto la pareja como su fruto -la familia- me permitieron ser testigo de la repetición de la historia de mi padre y del linaje en mí. Solo cuando por fin di con las herramientas que le ponen fin al estrés crónico en nuestro cuerpo, pude empezar a ir más allá de esas repeticiones y del modelo parental que viajaba adentro mío. Por eso sé que si te atreves a desactivar las semillas de envejecimiento (acá me atrevo a ir más profundo: las semillas de no vida, las semillas de inconsciencia que todos llevamos dentro) en este momento, se te abre una vida tan plena y tan feliz que no la vas a poder creer.
ps: a mis 42 me encontré con el gran síntoma físico de mi dolor emocional: las migrañas, el dolor brutal que fue un gran maestro.