escrito propio

P A R E J A

By 23 mayo, 2025septiembre 5th, 2025No Comments

El requisito es ¿terminar? -nunca se termina!- de sanar nuestro dolor emocional. Ahí es donde entramos en el nuevo paradigma de la relación entre el hombre y la mujer.

El punto de llegada, para unas y otros, es el amor por uno mismo, el amor incondicional por uno mismo.

Esto nada tiene que ver con ego o narcisismo: es amor en si mismo, nada tiene que ver con la identidad, con la cáscara o con la superficie. El sI mismo del que hablo está debajo de todo eso.

Amor en mi, amor por mi, amor desde mi (“amor por mi” me gusta menos, entonces lo miro y digo “claro, ahí hay dualidad”).

En ese punto puede empezar una verdadera relación conciente.

¿Y antes no se puede estar en relación?

Obvio que sí,

solo que uno va a estar aprendiendo de las proyecciones mutuas, de aceptar lo propio, de las heridas, de pelear, de volver al diálogo; uno va a estar evolucionando en las proyecciones.

Si uno puede abrirse a eso, eso va haciendo el caminito, y es maravilloso. Pero tener claro que ahí uno se va a estar encontrando con una parte de su sombra, con lo que no queremos ver, con aquello que todavía no vimos, con aquello que todavía no podemos ver de nosotros mismos. Y eso cuesta, pide mucho compromiso y mucha honestidad emocional, porque es mucho más fácil poner lo no aceptado en el otro. Por eso, acá también sugiero respirar. Porque soltar carga de estrés crónico nos permite ir más ligeros y no tener que defendernos tanto.

Más allá de todo esto, no habría que perder de vista que el objetivo evolutivo es el AMOR EN MI de cada uno. Porque ahí es donde TODO encaja en su sitio.