mamá se está muriendo

y la enfermera de la tarde hace “impecablemente” su trabajo, pero lo hace con brusquedad: esa práctica tan extendida entre algunos profesionales de la salud (médicos, enfermeros, etc) que no se bancan estar cerca del sufrimiento humano… cerquita, en intimidad y empatía. Pero por otro lado ahí están, haciendo su tarea. Con esta muchacha ya habíamos tenido un capítulo, justamente debido a la brusquedad. Pero lo de ayer…. yo me estaba yendo, ya había saludado a mamá y a Yuly, pero entra esta chica a cambiar a mamá y me quedé (no participó el pensamiento, ni la especulación, solo me quedé). Ya de movida fue una Gran Entrada: prendiendo todas las luces y gritando saludos para despertar a mamá: falta de conexión con su estado de sueño profundo. Y ese fue solo el principio. Después empezaron las maniobras para cambiarle el pañal: rotarla, subirla, bajarla, limpiarla. Mi hermana me cuenta que la enfermera de la noche hace todo eso pero con dulzura y paciencia, conciente de que si es de otra forma, mamá sufre. La carita de mamá ayer mientras tenía lugar la brusquedad… puro sufrimiento, inclusive en un par de momentos hubo exclamaciones de dolor. Y a mí no me salió decirle nada a esta chica, lo frené sabiendo que en ese momento hubiese sido para quilombo, porque yo también estaba sintiendo algo intenso y habría salido el indio. Y también siento que, desde el lugar de la pura intuición, sabía que esta ocasión era para que se jugara otro partido, en otro nivel. Opté por mimar a mamá a pleno, le hablaba y la acariciaba, principalmente la frente. Y fue fuertísimo, porque las maniobras seguían en ese ritmo frenético, y el mimo seguía en ese ritmo dulce. Juro que no estoy juzgando a esta chica, y tampoco estoy dividiendo entre mejor y peor: al menos no en este momento, las dos cosas coexistían en una danza. Sin decir palabra además, estábamos diciendo de todo. Y yo dedicado con todo mi ser a mimar a esa bebé que ya es mamá en este momento, para que lo que estaba sufriendo se diluyera.

Y en ese sufrimiento de mamá había mucha hondura, muchas cosas pasaban por mí en ese momento: escenas de su vida (que ella en algún momento me compartió), escenas de nuestra vida compartida… mucho. Inclusive también aparecieron algunas cuestiones arquetípicas en relación al sufrimiento. Y en un momento me vino una frase de Da Free John: “practica la herida del amor”. Porque yo estaba sintiendo puro dolor (ver sufrir a un bebé) y al mismo tiempo ese dolor hacía que surgiera el puro amor, la pura compasión. Y lo fácil  -lo más tosco- hubiera sido sacarme el dolor de encima puteando a la enfermera. Pero no era por ahí, al menos no ayer.

Y las ganancias de este momento sagrado fueron varias: una vez que terminó la escena, hablamos con Yuly, y le pude mostrar algo importante para el equipo de lujo que estamos armando. La otra, el amor que sentí por mamá. Una más: me terminé de dar cuenta que mamá ya es bebé. Y otra es que mamá, que había pasado casi todo su día dormida, se despertó. Al principio quedó con los ojos abiertos pero viendo la nada, en estado de shock, como le pasa después de pasar por dolor físico. Pero en un momento Yuly me alerta “Félix, lo está mirando” y ahí hicimos contacto visual y terminamos  -de nuevo- riéndonos los tres, contándonos algunas anécdotas (las risas de mamá son más un gesto que un sonido, pero se le ilumina la cara de una forma hermosa).*

* una de las cosas más bellas que me pasó siempre acompañando a morir es el humor. El humor, la risa, en presencia de la muerte es algo único / sublime.

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mamá se está muriendo

Es fuertísimo el morir de la propia madre, es un momento fuertísimo: mueve todo. Siento que remueve las memorias más tempranas, las capas geológicas más antiguas (si uno está más o menos abierto, todo esto puede ser una bendición). Y me asombra que no se hable más de este momento arquetípico por el que todos vamos a pasar. Ojo, capaz se habla un montón de esto y yo ni enterado. Pero si realmente es que no se habla tanto, lo relaciono con esta impronta cultural y social de ser islas aisladas de dolor, todos y cada uno de nosotros. Mostramos una cara de “está todo bien” hacia afuera, y encapsulamos el dolor adentro, sin permitir que ocurra la (mágica) experiencia común, la experiencia compartida, la experiencia que libera el dolor.

Y hoy  -9 de julio- hablé con dos personas en el cole de las chicas de esto de estar acompañando a mamá, y me di cuenta que es real que no se habla del tema. Una de ellas -gracias Lu!- me señaló algo que para mí ya no es, pero que es: la resistencia a hablar de la muerte. Tal vez esta resistencia ya no esté tan vigente para muchos, pero si hablamos de la intersección de muerte y mamá, ahí si aparece el tabú, “el pacto de silencio”.

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mamá se está muriendo

Fue un mes y medio de intensidad brutal, maravillosa, en todos los sentidos (en 2 o 3 momentos sentí que mamá se moría ese mismo día). Fui absorbido por la situación; y si bien en un momento putee –“esto me frena en lo que estaba haciendo”-, enseguida me di cuenta que esto era exactamente por lo que tenía que pasar para “lo que estaba haciendo”, además de ser exactamente lo que quería hacer. Porque sentir (recordar) este nivel de amor por mamá es un regalo, y siento que es solo desde ahí, desde este nuevo lugar, que puede desarrollarse aquello que quiero hacer.

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mamá se está muriendo

Empezó otro momento en este viaje, mamá lo logró: volvió a su casa! Ahora puede encarar este proceso a sus anchas… y sin intoxicación. Esto me permite ver… me confirma, que más allá de algunas “debilidades psicológicas” (lugares internos en los que se acomodó en una identidad de “víctima”), mamá siempre tuvo conexión y energía poderosa.

Hoy estuve con ella: es impresionante cuando se conecta y sonríe, se ve la felicidad de una niña en su cara… se ilumina. Así que ahora nos toca acompañar, estar cerca, disfrutar, reírnos, cuidarla… en este lento viaje.

Ayer hablaba con Silvina, alguien que cuida de mamá, que la conoce hace 20 años, que la ama y para quien todo esto es bien difícil  -pero el amor es más fuerte!- y le decía que aspiremos, estimulemos, propongamos, trabajemos para, que mamá se vaya de acá en estado de felicidad.

Así que ahí vamos, acompañando y con el objetivo de que mamá disfrute lo más posible de todo.

 

Todos dan importancia al morir

Pero la muerte no es todavía una fiesta.

Los hombres no han aprendido aún

Como se celebran las fiestas más bellas

F Nietzsche

 

 

y recuerden siempre…

 

LA MUERTE ES PURA VIDA

TODA JUNTA REUNIDA

pero como solemos llegar a su encuentro en estado de máscara

encerrados adentro del gran mecanismo de defensa

que es la identidad psicológica

la muerte

puravida todajunta reunida

nos mata…

usa toda su fuerza bendita en abrir la cáscara

y ya no queda nada para su función sagrada:

expandirnos por el infinito